viernes, 2 de noviembre de 2007

Toco Fondo



En esta cancha de mierda no se puede jugar". Ariel Ortega gritó con su vocabulario tan sencillo y directo la opinión de todos sus compañeros.
El martes por la noche, en el vestuario local, en lugar de festejarse la clasificación se tiraba la bronca por el estado del campo de juego. Passarella extendió el reclamo y hasta discutió muy fuerte con algunos dirigentes. Incluso, el plantel y el cuerpo técnico llegaron a pedir que se mude la localía a Vélez. Ayer, ya con las pulsaciones en ritmo normal, la temperatura bajó un poco. Por el momento, River recibirá a Independiente en el Monumental (Liniers no sería una solución porque mañana también hay un festival). De todos modos, en Núñez aún no pasó el temblor, porque el Kaiser y los jugadores no se toman con soda el espinoso tema de los recitales.
Al firmar el contrato para el esperado regreso de Soda Stereo, los dirigentes exigieron que se cumplieran estrictas reglas para cuidar el campo de juego. Por ejemplo, colocar una tarima de madera por encima del nivel del piso para que el público no se apoye sobre el césped, ya que los habituales cobertores plásticos sólo reducen el daño. El resultado fue positivo luego del primer recital del semestre, el que suspendió Chayanne justo antes del superclásico. Pero el pasto del Monumental no logró resistir el temblor de Soda y los jugadores explotaron porque se juegan las instancias definitorias.
Héctor Grinberg, tesorero del club, se mostró sorprendido por las declaraciones de Ortega y compañía, destacó la importancia de los ingresos económicos que generan estos eventos (ver aparte) y se sorprendió porque "a las 11 de la mañana Passarella fue a ver el campo de juego con el cuidador (sic). Más tarde fue a recorrerlo Sabella y, luego, lo vio Pitarch. Y todos dijeron que estaba bien". Incluso, el directivo aseguró que "estaba mejor que contra Boca", algo que al rato, en el mismo programa de La Red, fue refutado por Nico Sánchez: "Contra Boca era un billar y ayer (martes), un desastre".
La realidad es que por más prevenciones que se tomen el día del recital, la cancha se daña igual: el césped se aplasta, no recibe aire ni luz, y durante el montaje, los operarios trasladan fierros, vallas y utilizan vehículos. No es un problema puntual sino una constante de los últimos tiempos, ya que el alquiler del estadio genera ingresos millonarios: este año River recibió más de 6.000.000 de pesos. En el 2006 pasaron U2 y los Rolling Stones, entre otros. En el primer semestre del 2007, Ricky Martin, Roger Waters, The Whoo, Alejandro Sanz, el Quilmes Rock y Bersuit. Durante el receso se trabajó intensamente y la cancha quedó impecable. Pero la música y la necesidad la volvieron a destruir.
Hoy, ya está armado el escenario donde Soda completará sus shows. Estaban programados para el fin de semana, pero la fecha del domingo se adelantó para mañana por el clásico ante Independiente. Lo mismo pasó con The Police, que iba a tocar 5 y 6 de diciembre, casualmente la fecha fijada para la última final de la Sudamericana, que por si acaso se reprogramó para el 1 y 2. De acceder a esa instancia, en el Monumental se habrán disputado 22 partidos y organizado 17 recitales.
Si bien existe un proyecto para construir un microestadio arriba del estacionamiento interno y así poder recaudar sin utilizar la cancha, a corto plazo no hay solución: los jugadores deberán convivir con la música y sus consecuencias. El temblor recién empieza en el Monumental.

PD: por el momento hay cosas del fotolog, ya que, el blog se desvanece, y el esmero no sirvio, y que no hay muchas noticias jeje
CHAU