domingo, 22 de abril de 2007

Chicago 0-0 Independiente



Para Independiente no hubo mejoras. Sólo un punto que al menos le permitirá a Santoro -será el entrenador hasta el final del Clausura- trabajar con algo de paz en la semana entrante. Por lo demás, la versión del Rojo en Mataderos fue similar a la de partidos anteriores: tibia y vulnerable. Chicago pudo llevarse más, pero le faltó puntería.

El partido fue decididamente pobre y sólo las traiciones de un campo en muy mal estado provocaron algunas emociones. Navarro Montoya y el debutante Assmann fueron figura porque respondieron bien a riesgosos apremios. Por caso, el Mono les tapó sendos mano a mano a Denis y a Montenegro (los dos siguen peleados con el gol), y el pibe que reemplaza al lesionado Ustari les ahogó el grito a Damonte y a Carranza.

Todo lo demás fue poco. Sólo el fervor y el entusiasmo de Chicago, encarnizado en la voluntad de Zarif. Los locales merecieron algo más, pero carecieron de precisión en la puntada final. En el nuevo estreno de Pepé Santoro en el banco, Independiente dejó una imagen insípida. Fue discontinuo en la búsqueda del arco contrario (el mal que más lo ha quejado en lo que va del campeonato, junto con sus serios problemas defensivos), no tuvo ideas, las individualidades no aparecieron y los cambios tampoco fueron solución.

Chicago arrancó mejor y de movida generó peligro en el arco rival. Damonte exigió a Assmann con un cabezazo e Higuaín probó con un derechazo que se fue apenas desviado. La respuesta visitante llegó del pie derecho de Montenegro, cuyo disparo fue brillantemente desviado por Navarro Montoya. Poco después, Denis enfrentó al Mono en el mano a mano, pero resolvió mal y luego pidió un penal que Giménez no le dio: pareció que Soto le había tocado la pierna de apoyo.

En el complemento, Independiente se acomodó mejor, fue más prolijo en el traslado y tuvo el gol en Denis y Montenegro, pero Navarro Montoya -la figura de la lluviosa noche de Mataderos- respondió siempre. Chicago estuvo cerca de quebrar la chapa en sendas oportunidades ocasionadas Nahuelpán y Carranza, y terminó acorralando a los de Avellaneda contra su campo, pero no hubo caso.

Sin chances de pelear por el título, aún lejos de las copas y sin una mejora en el rendimiento, para Independiente el punto tuvo sabor a nada. Comprometido con el promedio, Chicago lo abrazó con un poco más de cariño, aunque con el sinsabor de haber podido llevarse algo más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

buenaa lauchaaa buen blog bueno mucha suertee che